Las opciones de tratamiento del cáncer de tiroides dependen del tipo y de la etapa del cáncer, de tu salud general y de tus preferencias.
La mayoría de las personas a las que se les diagnostica cáncer de tiroides tienen un pronóstico excelente, ya que la mayoría de los tipos de cáncer de tiroides pueden curarse con tratamiento.
Cirugía
La mayoría de las personas que tienen cáncer de tiroides y requieren tratamiento se someterán a una cirugía para extirpar parte o la totalidad de la tiroides. La operación que el equipo de atención médica podría recomendar depende del tipo de cáncer de tiroides, del tamaño del cáncer y de si el cáncer se extendió más allá de la tiroides a los ganglios linfáticos.
Entre las operaciones utilizadas para tratar el cáncer de tiroides, se incluyen las siguientes:
– Extracción de parte de la tiroides o de toda la glándula (tiroidectomía).
Una operación para extirpar la glándula tiroides puede implicar la eliminación de todo el tejido tiroideo (tiroidectomía total) o la mayor parte del tejido tiroideo (tiroidectomía casi total). El cirujano suele dejar pequeños bordes de tejido tiroideo alrededor de las glándulas paratiroides, lo que ayuda a reducir el riesgo de daño a esas glándulas que son las que regulan los niveles de calcio en la sangre.
– Extracción de una parte de la tiroides (lobectomía tiroidea).Durante una lobectomía tiroidea, el cirujano extrae la mitad de la tiroides. La lobectomía se podría recomendar si tienes un cáncer de tiroides de crecimiento lento en una parte de la tiroides y no hay nódulos sospechosos en otras partes de la glándula ni signos de cáncer en los ganglios linfáticos.
– Extirpación de los ganglios linfáticos del cuello (disección de los ganglios linfáticos).El cáncer de tiroides suele extenderse a los ganglios linfáticos cercanos del cuello. Una ecografía del cuello antes de la cirugía puede revelar signos de que las células cancerosas se han extendido a los ganglios linfáticos. De ser así, es posible que el cirujano extraiga algunos de los ganglios linfáticos del cuello para analizarlos.
Terapia de hormona tiroidea
La terapia con hormona tiroidea es un tratamiento para sustituir o complementar las hormonas producidas en la tiroides. Puede usarse para lo siguiente:
– Reemplazar las hormonas tiroideas después de la cirugía.
Si la tiroides se extirpa por completo, tendrás que tomar hormonas tiroideas durante el resto de tu vida para reemplazar las hormonas que producía la tiroides antes de la operación. Este tratamiento sustituye las hormonas naturales, por lo que no deberías tener ningún efecto secundario una vez que tu equipo de atención médica encuentre la dosis adecuada para ti.
También es posible que necesites un reemplazo de la hormona tiroidea después de haberte sometido a una cirugía para extirpar parte de la tiroides, pero no todos lo necesitan. Si tus hormonas tiroideas son demasiado bajas después de la cirugía (hipotiroidismo), el médico podría recomendarte hormonas tiroideas.
– Suprimir el crecimiento de las células cancerosas de la tiroides.
Las dosis más altas de la terapia con hormona tiroidea pueden suprimir la producción de la hormona estimulante de la tiroides (TSH, por sus siglas en inglés) de la glándula pituitaria del cerebro. La hormona estimulante de la tiroides puede provocar el crecimiento de las células cancerosas de la tiroides. En el caso del cáncer de tiroides agresivo podría recomendarse una terapia hormonal con dosis elevadas de la hormona tiroidea.
Yodo radioactivo
El tratamiento con yodo radioactivo usa un tipo de yodo que es radioactivo para destruir las células tiroideas y las células del cáncer de tiroides que podrían quedar después de la cirugía. Por lo general, se usa para tratar tipos de cáncer de tiroides diferenciados que corren el riesgo de diseminarse a otras partes del cuerpo.
Puedes hacerte una prueba para comprobar si tu cáncer podría beneficiarse del uso de yodo radioactivo, ya que no todos los tipos de cáncer de tiroides responden a este tratamiento. Los tipos de cáncer de tiroides diferenciados, como el cáncer papilar, folicular y de células de Hürthle, tienen más probabilidades de responder al tratamiento. El cáncer anaplásico de tiroides y el cáncer medular de tiroides no suelen tratarse con yodo radioactivo.
Los efectos secundarios que presentes dependerán de la dosis de yodo radioactivo que recibas. Las dosis más altas pueden causar lo siguiente:
– Sequedad en la boca
– Dolor en la boca
– Inflamación de los ojos
– Alteración del sentido del gusto o del olfato
Gran parte del yodo radioactivo abandona el cuerpo a través de la orina los primeros días después del tratamiento. Te darán instrucciones para que tomes las precauciones necesarias durante esos días a fin de proteger a los demás de la radiación. Por ejemplo, es posible que te pidan que evites temporalmente el contacto cercano con otras personas, en especial niños y mujeres embarazadas.